Materiales plásticos biodegradables: ¿son viables para la inyección?

Elegir el material adecuado puede hacer una gran diferencia entre un producto funcional y otro problemático. Y cuando la sostenibilidad entra en juego, la duda se hace mayor: ¿pueden los plásticos biodegradables utilizarse realmente en procesos exigentes como el moldeo por inyección? 

En Crearplast somos expertos en inyectado con diferentes polímeros, por eso hemos elaborado esta guía en la que te contamos todo lo que necesita saber antes de incorporar estos materiales en tu producción.  

¿Qué son los plásticos biodegradables y cómo se diferencian de otros materiales? 

Entender las diferencias entre plásticos biodegradables y no degradables es necesario para saber si encajan en procesos industriales. Los primeros están diseñados para descomponerse por acción de microorganismos en un entorno natural, mientras que los segundos se mantienen intactos durante décadas, incluso siglos. 

Un error habitual es pensar que todo material biodegradable se degrada en cualquier condición. Algunos necesitan instalaciones industriales específicas para conseguirrlo. Por eso, antes de apostar por ellos, conviene conocer sus propiedades y comportamiento en condiciones reales. 

Plásticos biodegradables vs. plásticos compostables: diferencias clave 

Aunque comparten la base sostenible, no son lo mismo. Los plásticos biodegradables y compostables presentan características técnicas distintas. Un polímero compostable necesita condiciones específicas de humedad, temperatura y tiempo para convertirse en compost, mientras que uno biodegradable puede descomponerse de forma más natural, aunque más lentamente. 

Además, los compostables están regulados bajo normativas específicas que certifican su transformación en compost de calidad. Este matiz técnico afecta directamente a su selección según el uso que se le quiera dar, especialmente en sectores como el alimentario o el médico, donde cada material tiene que cumplir requisitos muy concretos. 

 Ejemplos de plásticos biodegradables utilizados en la inyección 

Muchos piensan que los materiales sostenibles no resisten procesos como la inyección, pero existen ejemplos de plásticos biodegradables que sí lo hacen. Estos materiales no solo cumplen con requisitos mecánicos exigentes, también se adaptan a moldes complejos y a ciclos de producción rápidos. 

Aquí tienes algunos:  

  • PLA (ácido poliláctico): uno de los más populares por su origen vegetal (normalmente maíz) y su facilidad para moldearse. 
  • PHA (polihidroxialcanoato): se produce a partir de bacterias y ofrece buena resistencia al calor. 
  • PBS (succinato de polibutileno): presenta propiedades mecánicas similares a los plásticos convencionales y buena procesabilidad. 
  • PBAT (adipato-co-tereftalato de polibutileno): combina flexibilidad y capacidad de biodegradación. 
  • Starch Blends (mezclas de almidón): útiles para piezas de menor exigencia mecánica. 

Estos son solo algunos de los materiales que ya han demostrado su eficacia en líneas de producción reales. Su disponibilidad crece cada año, ampliando las opciones para sectores cada vez más exigentes. 

Ventajas y desafíos de los plásticos biodegradables en la industria 

Optar por plásticos biodegradables tiene implicaciones técnicas, económicas y ambientales. Entre sus ventajas, destacan la reducción del impacto ambiental, la posibilidad de cumplir con regulaciones ecológicas y una imagen de marca más alineada con la sostenibilidad. 

Sin embargo, también presentan desafíos importantes. Su coste puede ser mayor, la disponibilidad es más limitada y algunos tienen propiedades mecánicas inferiores a los materiales tradicionales. Además, su comportamiento a largo plazo aún genera dudas en aplicaciones donde se requiere alta durabilidad. 

¿Cuáles son las aplicaciones más comunes de los plásticos biodegradables? 

La industria ya utiliza los plásticos biodegradables y compostables en múltiples sectores, sobre todo en aquellos con ciclos de vida cortos o donde el impacto ecológico es crítico. 

Algunas industrias que los han implantado son:  

  • Packaging alimentario: bandejas, vasos o envoltorios para productos de consumo rápido. 
  • Agricultura: films para acolchado o macetas que se descomponen en el suelo. 
  • Medicina: productos de un solo uso como jeringuillas o envases farmacéuticos. 
  • Juguetes: piezas pequeñas que cumplen con criterios ecológicos. 
  • Textil: fibras biodegradables para ropa técnica o deportiva. 
  • Hostelería: cubiertos, platos y pajitas de uso temporal. 

Lejos de tratarse de una moda pasajera, su uso responde a necesidades reales del mercado y a demandas normativas cada vez más estrictas. 

Regulaciones y normativas sobre plásticos biodegradables 

El crecimiento del uso plásticos biodegradables ha venido acompañado de normativas claras para evitar el uso indebido del término «biodegradable». En Europa, normas como la EN 13432 definen las condiciones exactas que debe cumplir un plástico para considerarse compostable. Además, la ISO 17088 establece criterios internacionales similares. 

También hay etiquetas como OK Compost o Seedling que certifican materiales que realmente cumplen con los estándares técnicos. Sin estas certificaciones, muchas veces es difícil saber si un material cumple con lo que promete, por eso conviene exigir siempre pruebas y fichas técnicas actualizadas. 

Innovaciones y futuro de los plásticos biodegradables en la fabricación 

La industria de los plásticos biodegradables avanza rápido, y cada año surgen nuevas soluciones que mejoran sus propiedades. La investigación se centra en hacerlos más resistentes, moldeables y competitivos frente a los materiales tradicionales. 

Entre las principales novedades destacan:  

  • PLA de alto rendimiento térmico, ideal para piezas expuestas al calor. 
  • Nuevos aditivos que aceleran la biodegradación sin afectar las propiedades mecánicas. 
  • Técnicas de refuerzo con fibras naturales, como el lino o el cáñamo. 
  • Plásticos a base de algas: una alternativa aún experimental pero con gran potencial. 

No se trata solo de cambiar un material por otro. En Crediplast, cada vez más clientes valoran soluciones sostenibles sin renunciar a la precisión, la resistencia o la estética de sus piezas. Por eso, el futuro pasa por integrar estos materiales en diseños pensados desde cero para su naturaleza ecológica. Y eso ya está ocurriendo. 

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